Los siglos que forjaron Ciutadella: entre fortalezas, piratas y reyes

18/09/2025MENORCA

Entre murallas y leyendas, Ciutadella esconde un pasado estratégico que hoy enriquece la experiencia del Open Menorca ATP Challenger 100.

Durante el Open Menorca ATP Challenger 100, Ciutadella se convierte en el centro del tenis profesional, pero basta con recorrer sus calles empedradas o asomarse a sus murallas para entender que este municipio fue, durante siglos, mucho más que una postal mediterránea.

Fue bastión militar, puerto comercial y escenario de conquistas. Una ciudad donde el mar trajo cultura, pero también invasores. Y cuyo legado, forjado entre piratas, reyes y comerciantes, sigue latiendo hoy a pocos pasos del Club Tenis Ciutadella, sede del torneo.

Una ciudad que miraba al mundo desde el mar

Ciutadella, situada en el extremo occidental de Menorca, ha sido históricamente un enclave estratégico clave en el Mediterráneo. Desde la época romana hasta bien entrado el siglo XVIII, su puerto y su posición la convirtieron en objetivo de flotas y civilizaciones que buscaban controlar las rutas comerciales del Mare Nostrum.

Durante la Edad Media, la ciudad floreció como centro político y administrativo de la isla. Bajo dominio árabe primero, y después incorporada a la Corona de Aragón, Ciutadella fue sede episcopal, capital insular y núcleo comercial. Su trazado urbano todavía conserva ese aire señorial, donde cada callejón y cada plaza narran un capítulo del pasado.

Murallas, bastiones y defensa contra el miedo al mar

El siglo XVI marcó un antes y un después para la ciudad. Con el auge del Imperio Otomano y el incremento de ataques piratas, Menorca se convirtió en un territorio vulnerable. En 1558, el ataque más devastador: la invasión turca de Ciutadella, conocida como el ‘Setge de 1558’. Bajo el mando del almirante Pialí Bajá, una flota otomana asaltó la ciudad durante ocho días. El asedio terminó con miles de muertos y el resto de la población deportada a Constantinopla.

Aquella tragedia dejó una huella indeleble en la memoria local. Como respuesta, se reforzaron las defensas de la ciudad con nuevas murallas y baluartes. Aún hoy pueden admirarse restos de estos sistemas defensivos, como el Baluarte de sa Font (1), cerca del actual acceso histórico a Ciutadella, o la muralla que bordea el casco antiguo, en parte aún visible e integrada en el paisaje urbano.

(1) Baluarte de sa Font, construido en el siglo XVII sobre restos de la muralla medieval dañada por el saqueo turco de 1558, es uno de los vestigios más significativos del recinto amurallado de Ciutadella. Su misión fue proteger el portal de Sa Font, demolido en 1889. Tras perder su función defensiva, albergó un almacén del diezmo, una fábrica de alumbrado y un depósito de agua. En 1995, tras su restauración, se convirtió en el Museo Municipal de Ciutadella. Su colección incluye restos paleontológicos, piezas arqueológicas y objetos cotidianos que narran siglos de historia menorquina.

Castillos y fortalezas: vigías del litoral

En paralelo a las murallas urbanas, Ciutadella se llenó de torres de defensa y vigilancia costera, muchas de las cuales todavía se conservan y pueden visitarse. La Torre des Castellar (2) también conocida como Torre de Santandria o Sa Caleta permitía otear el horizonte y dar aviso ante posibles incursiones.

Una de las más destacadas es el Castillo de Sant Nicolau (3), ubicado a la entrada del puerto de Ciutadella. Construido en el siglo XVII en forma octogonal, con foso y puente levadizo, servía tanto como puesto defensivo como símbolo del poder militar de la isla. Hoy, convertido en espacio cultural y punto panorámico, representa uno de los emblemas históricos más fotografiados por los visitantes.

(2) Torre des Castellar, ubicada en Sa Caleta (Ciutadella), fue construida por los británicos entre 1799 y 1802 como parte del sistema defensivo costero de Menorca. Su objetivo era proteger las calas cercanas en apoyo al Castillo de Sant Nicolau. De planta circular y cuerpo troncocónico, está rodeada por un foso y un terraplén de piedra seca. Revestida con bloques de marés, destaca por su acceso subterráneo y sus doce aspilleras para defensa terrestre. Con ocho metros de altura y terraza para artillería, su perfil bajo desde el mar la hacía casi invisible, incrementando su eficacia defensiva.

(3) Castillo de Sant Nicolau, situado en la entrada del puerto de Ciutadella, fue construido entre 1680 y 1682 por el ingeniero Josep Castellón para defender el acceso marítimo ante posibles ataques enemigos. Levantado sobre una antigua ermita, presenta una elegante planta octogonal asentada sobre la roca y está rodeado por un foso de ocho metros. Se accede por un puente de madera que lleva a una puerta decorada con motivos barrocos. En su interior, una columna central sostiene la bóveda de artillería y una escalera de caracol conecta sus niveles. Hoy es parte del patrimonio histórico de Ciutadella.

Entre reyes, obispos y comerciantes

Ciutadella fue también un centro de poder civil y eclesiástico. La majestuosa Catedral de Santa María (4), construida sobre una antigua mezquita y consagrada en el siglo XIV, se alza en pleno corazón de la ciudad como testigo del paso de diferentes culturas y religiones. Su interior, de estilo gótico catalán, es uno de los templos más importantes del archipiélago balear.

En sus alrededores, palacios como el del Obispo Torre Saura (5) o la Casa Olives (6) reflejan la riqueza acumulada por la nobleza local y el clero, que durante siglos dirigieron la vida política, económica y social de Ciutadella y de Menorca.

(4) Catedral de Santa María, conocida como la Catedral de Menorca, es un destacado ejemplo del gótico catalán y uno de los principales referentes patrimoniales de la isla. Construida tras la conquista de 1287 y declarada catedral en 1795, cuenta con una nave única de gran altura y elegantes bóvedas de crucería. A lo largo de su historia ha sufrido dos saqueos, en 1558 y durante la Guerra Civil, lo que motivó varias reformas, incluida una fachada neoclásica. La restauración de 1986 potenció su luminosidad y recuperó el coro original. También destacan sus capillas y un antiguo minarete islámico.

(5) Palacio de Torre Saura, situado en la Plaça des Born de Ciutadella, es el edificio palaciego más imponente de la ciudad y un referente del neoclasicismo civil en Menorca. Construido en 1839 por Ildefonso Hernández, ocupa gran parte de una manzana y sigue siendo de propiedad privada. En el siglo XIX se modificó su fachada para armonizar con el vecino Palacio Salort, añadiendo un nuevo ala. Su acceso principal está en la calle Major des Born y da paso a una escalera que conduce a estancias nobles conectadas con una elegante galería. Conserva cocheras y establos originales.

(6) Casa Olives, o Casa Olivar, es una emblemática residencia señorial del casco antiguo de Ciutadella, situada en la Plaça de la Catedral y construida en 1633 por Bernat Olives. Ocupa gran parte de la manzana entre la Catedral y el Born, junto al Palacio de Torre Saura. Su fachada simétrica y su interior equilibrado reflejan la arquitectura noble de la época, con un vestíbulo axial, escalera con claraboya y una gran sala central rodeada de estancias decoradas con mobiliario inglés, francés e isabelino. Destacan los techos pintados, las arañas de cristal y una terraza que realza su elegancia monumental.

Un casco antiguo que respira historia

Pasear hoy por Ciutadella es sumergirse en la historia viva de Menorca. Su centro histórico (7), declarado Bien de Interés Cultural, conserva intacta la fisonomía de épocas pasadas. Las calles estrechas, las plazas porticadas y los mercados tradicionales conforman un escenario que se mantiene fiel a su origen, pero abierto al visitante moderno.

A pocos minutos de las pistas del Open Menorca ATP Challenger 100, se pueden visitar lugares como la Plaça des Born (8), antiguo campo de justas, hoy convertida en corazón de la vida ciudadana, o el Mercat Municipal (9), donde la tradición local se mezcla con lo cotidiano.

(7) El casco antiguo de Ciutadella es uno de los mayores atractivos de Menorca. Sus calles albergan la mayoría de los edificios históricos y monumentales de la ciudad, además de la popular calle Ses Voltes y animadas plazas llenas de tiendas, bares y restaurantes que reflejan la vida local. El paseo de la Contramurada, que rodea el centro histórico, delimita lo que fueron los antiguos límites amurallados hasta el siglo XIX. Hoy, esta vía marca la frontera simbólica entre la Ciutadella antigua y la moderna, claramente diferenciadas por su arquitectura y esencia urbana. Un lugar donde la historia sigue viva.

(8) Plaça des Born es uno de los espacios más representativos de Ciutadella y la entrada al casco histórico. Antiguamente plaza de armas, hoy es el corazón cultural y social de la ciudad. En su centro se alza un obelisco de 22 metros, símbolo de la resistencia local frente al ataque turco de 1558. Es escenario de eventos destacados, como las Fiestas de Sant Joan, que cada junio la llenan de vida. La plaza está rodeada de edificios emblemáticos como el Ayuntamiento, el Teatre des Born, varios palacios históricos y la Iglesia de San Francisco. Un lugar clave para entender Ciutadella.

(9) Situado en la Plaça de la Llibertat, en el corazón del casco antiguo de Ciutadella, el Mercat Municipal —conocido como Mercat des Peix— es un emblema de la vida local. Más que un mercado, ofrece una experiencia auténtica donde se mezclan vecinos y visitantes entre puestos de pescado fresco, frutas, verduras y productos típicos bajo porches históricos. Su ambiente cercano y vibrante refleja la esencia de Menorca. La mejor hora para visitarlo es a primera hora de la mañana, cuando la actividad es máxima y los bares de las arcadas ofrecen desayunos y tapas. Un rincón con alma y sabor insular.

Del pasado al presente: patrimonio que inspira el futuro

La riqueza patrimonial de Ciutadella no es solo testimonio del pasado, sino también una herramienta para proyectar la isla hacia el futuro. El modelo de ciudad que combina deporte, cultura y sostenibilidad es parte esencial de la identidad del torneo.

No es casualidad que el Open Menorca ATP Challenger 100 haya elegido Ciutadella como sede: aquí, cada partido se juega con la historia como telón de fondo. Cada golpe de raqueta parece resonar entre murallas centenarias y ecos de batallas navales. La ciudad ofrece una experiencia completa, donde el tenis se entrelaza con un relato que va mucho más allá de la pista.

¿Te animas a vivir la historia… y el tenis?

En 2026, no solo vengas a disfrutar del mejor tenis internacional. Camina sobre los pasos de piratas y nobles, entra en fortalezas que defendieron la isla, y contempla un atardecer desde el puerto donde zarparon reyes y cruzados. Todo esto, a pocos pasos del Open Menorca ATP Challenger 100.

Ciutadella te espera. Con historia. Con tenis. Con alma.

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